Fukuoka trip! Part three.


El segundo día acompañamos a mi primo en la búsqueda de un piso para el siguiente curso. Ahora tiene un envidiable apartamento para uno, espacioso y muy luminoso. No tengo ninguna foto del lugar, porque parecía aquello un campo de batalla (es lo que tienen los pisos de estudiantes, y algunos no tan estudiantes). Bueno, miento, hice una foto de mi primo mientras salíamos de su piso, y en el fondo se pueden apreciar las pilas de libros y ropa.
Nos movíamos por una zona alejada del centro y se notaba por el ruido de los aviones. Imagino que los que viven tiempo ya ni los oyen, pero a mí me pareció algo molesto y es que era un no parar.



Aquí estamos mirando pisos en la inmobiliaria. Nos atendió un tipo muy simpático y agradable.
En japón los cambios de vivienda suelen concentrarse en Marzo y Abril, ya que es cuando las empresas contratan a los neófitos y las universidades empiezan el nuevo curso. 




Acabamos de visitar los pisos, y todos nos moríamos de hambre. Decidimos por unanimidad que queríamos comer ramen en algún restaurante de carretera. Fuimos a parar a uno de los buenos. 




Creo que puedo decir sin miedo a equivocarme que son los mejores fideos que he probado. Te daban a escoger tallarines blandos o normales. Los blandos estaban en su punto, de textura suave y sabor intenso. La sopa era algo espectacular... una consistencia y un sabor... se me hace la boca agua sólo recordarlo. 



Ya de vuelta a casa, nos seguimos encontrando a más gente de celebración. 



Me hizo gracia porque el día que quedamos con mi primo en el centro de Fukuoka, se presentó con este Koikingu gigante. Es súper fan de Pokémon y tiene figuritas y demás. La verdad es que los peluches tienen su gracia pero al final acaban por ocupar demasiado espacio. Así que por un rato están bien, como lo fue en este caso.

El viaje llegó a su fin, y después de cenar recogimos los bártulos y rumbo a casa. De camino, paramos en otro área de servicio e hicimos un café en el Starbucks. 


También aprovechamos para comprar algun omiyage y visitar al Totoro gigante que tenían en un rincón. Retiro lo dicho anteriormente sobre los peluches, este si que lo quiero y cuanto más grande mejor. 


Esto era un gancho para atar al perro mientras te tomas el café en la terraza. Me hizo gracia que tenía la forma de la cara de un perro :D


Han sido dos días muy ajetreados, de esos que parece que sean el doble de tiempo. Lo cierto es que Fukuoka es muy "ciudad". Es la sensación que me ha dado al compararlo con Nagasaki. Aun con el ajetreo de la gente y los coches, pensé para mí que no seria un mal lugar para vivir...

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